Aunque parezca un poco raro, hacer el Camino de Santiago puede ser dañino para la salud y no lo digo por las agujetas que te dejan tantas horas de caminata. Y es que los especialistas del Servicio de Psiquiatría y de Atención al Paciente del Complejo Asistencial de Burgos, tras estudiar durante siete años a algunos de los 100.000 peregrinos que cada año pasan por Burgos, llegaron a la conclusión que un total de 38 personas, la mayoría hombres, con una media de edad de 40 años, presentaban síntomas de una enfermedad mental.
Obviamente, estos pacientes fueron ingresados, pero lo curioso es que ninguno necesitó un ingreso prolongado -la estancia media fue de diez días- y, a excepción de cuatro, todos declinaron seguir hasta el final del Camino.
Las causas de dicho síndrome son el misticismo, la fatiga y antecedentes familiares de problemas psiquiátricos o de personalidad. Las razones que aducen los propios peregrinos para su transformación van desde las llagas de los pies, el insomnio, el tempo pausado del caminar, hasta el encuentro con la belleza de los lugares o el arte que salpica el periplo. Todo ello, junto con el abandono de posibles tratamientos, problemas de estrés y adaptación, el desorden de vida, e incluso la convivencia estrecha con personas desconocidas, actúa como desencadenante de episodios emocionales e hipersensitivos extremos. El resultado puede ser una crisis de ansiedad o la alucinación sorpresiva.
Aunque es la primera vez que se vincula el Camino de Santiago con una enfermedad mental, muchos psiquiatras de hospitales del Camino admiten haber atendido a peregrinos con trastornos de personalidad, por lo que el estudio se completará con uno que abarque un tramo kilométrico mayor y a más pacientes.
Así que ya sabéis, si vais a hacer el Camino de Santiago tened cuidado.
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